Xabier Cabezón

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Yacimientos mineros en el Leitzaran

La existencia de yacimientos de hierro en el valle del río Leitzaran es conocida desde hace siglos. Parece que en un privilegio otorgado a Tolosa por Fernando III en 1307 ya se hacía referencia a ellos. En 1415 eran de explotación corriente.

Hasta mediados del XIX todo el mineral de hierro extraído en el valle se destinaba al consumo de las ferrerías locales, como se explica en el artículo sobre abastecimiento de estas ferrerías.

La mayor concentración de minas en el valle del Leizaran se da en lo que es actualmente el municipio de Berastegi. En algunos documentos se citaban yacimientos concretos. En otros, se mencionaba solamente «vena de Berástegui» o «vena de la villa», sin más especificaciones. En época moderna (principios del siglo XX) la importancia de alguna de estas minas fue tal que llegó a construirse un ferrocarril de 20 km (el "Plazaola") para transportar su mineral hasta Andoain, y otros más modestos en Lorditz e Ixkibar.

Además de minerales de hierro también se han explotado, en menor medida, yacimientos de cobre, plomo y espato-flúor.

En el resto del Leitzaran la actividad minera no ha sido muy significativa.

Minero del Leizaran


Listado de minas en el Leitzaran

 

Minas explotadas con certeza:

Nombre mina

Municipio

Referencias
antiguas


Explotada

Expl.
moderna

Plazaola Berastegi  
Txotan Berastegi      
Bizkotx Berastegi
Barrenola Berastegi    
Ermosu Berastegi
Mustar Berri Berastegi    
Mustar Berri sur Berastegi    
Gorosmendi Berastegi      
Urdanbide o Tolosamina Berastegi  
Lorditz (Nordeiza) Berastegi  
Lizarraga Berastegi    
Agillegieta Berastegi      
Orin Berastegi  
Bereterri Berastegi    
Urkiegi / Dordoategi Berastegi    
Meatzaberrieta Berastegi    
Troio Berastegi    
Beriñas o Beinez Berastegi  
Irulegieta Berastegi    
Beriñas o Beinez II Elduain      
Olloki SW Elduain    
Beiturrieta Elduain    
Ormakio (Elduain) Elduain  
Aierdo (Elduain) Elduain    
Lapurtxulo Andoain      
Antxumeta Villabona      
Ubaran Andoain    

 

Algunas calicatas (reconocimientos):

Nombre mina

Municipio
Referencias
antiguas
Cata
moderna
Malo / Idoiaga Andoain    
Mustar Berastegi    
Olaberria Andoain    

 

Algunas minas navarras en el valle del Leizarán:

Nombre mina

Municipio

Referencias
antiguas


Explotada

Expl.
moderna

Udegi Leitza  
Urremeatzeta Leitza
[Etxetxurieta 1 y 2] Leitza  
Ormakio Leitza    
Tolare Leitza

Mapa de minas del Leitzaran
Mapa de situación de las minas en el Leitzaran


Minerales

La cuenca del río Leizaran guipuzcoano se encuentra situada en su mayoría en la formación geológica conocida como "Macizo de Cinco Villas", que se extiende por la parte nororiental de Guipúzcoa y, en mayor medida, por la noroccidental de Navarra. Está compuesta fundamentalmente por pizarras (de color gris oscuro), con alternancia de areniscas. Existen algunas intercalaciones pequeñas de conglomerados y calizas. Estos materiales pertenecen al paleozoico, concretamente al carbonífero.

En estos terrenos primarios existen una serie de filones relacionados con el surgimiento del batolito granítico de Peña de Aia. Se extienden por Lesaka, Irun, Oiartzun, Artikutza, Goizueta, Berastegi y Leitza. Se trata de dos sistemas de filones (unos de hierro y otros de galena, blenda y pirita de cobre) que se van repitiendo en dichos lugares. También existe alguna formación de espato-flúor. La formación de todos estos minerales es de origen hidrotermal, relacionada con el citado batolito.

Los de hierro adoptan la forma de filones-capa entre las pizarras paleozoicas, estratificados entre ellas. En general tienen espesores considerables, con tendencia a acuñarse en sus extremos, pasando a veces a masas lenticulares. El mineral de hierro de estos filones es carbonato ferroso FeCO3 (siderita), convertido en óxido férrico Fe2O3 (hematites roja u oligisto) en la zona próxima a la superficie. También se encontraban en la zona superficial hidróxidos (goethita FeO(OH) y limonita), productos de la hidratación del óxido.

Como en el resto de la región, en los yacimientos del Leitzaran antiguamente se extraía el mineral próximo a la superficie (hematites, limonita y goethita), siendo los trabajos de extracción a cielo abierto o por medio de galerías poco profundas. Era el mineral utilizado por las primeras ferrerías.

Entrada a la galería principal de Ermosu
Minas de Ermosu. Foto: Xabier Cabezón (2012)

Una vez agotados los minerales de superficie (antes del siglo XVI) la explotación consistió en la extracción del carbonato, presente en la parte más profunda de los filones. Este carbonato se calcinaba en hornos para convertirlo en óxido. En esta operación perdía como una tercera parte de su peso. En las explotaciones del Leitzaran del siglo XX el mineral calcinado contenía entre un 40 y un 50% de hierro, y alrededor de un 7% de manganeso (un 5% en crudo). Un mismo filón podía tener varias galerías de extracción y arrastre, normalmente a diferente altura.

Estos filones fueron explotados también en la época de las ferrerías. Si el filón tenía crestón (parte superior) visible en superficie, solía explotarse a tajo abierto. Es razonable suponer que, en tales casos, el crestón era la primera parte del filón que se beneficiaba.

El hierro obtenido a partir de estos minerales era de inferior calidad al procedente de la zona vizcaína de Somorrostro, y no era apto para algunos productos. Por ello su consumo era exclusivamente para las ferrerías de la zona, que se aprovechaban de la proximidad de las minas.


Ley de minas - Concesiones mineras

En 1868 se promulgó una Ley de Minas que estructuró el sector. Apareció, por lo tanto, cuando ya no funcionaban las ferrerías. Declaraba la propiedad estatal de cualquier mineral beneficiable, y establecía el usufructo de su explotación mediante las denominadas "concesiones" mineras. El titular de una concesión era beneficiario de cualquier mineral que se encontrase en un prisma vertical, delimitado por una superficie de terreno determinada al establecerse la concesión, y de profundidad ilimitada. Podían realizarse galerías de extracción fuera del terreno perteneciente a la concesión, incluso en terrenos de otras concesiones. Una particularidad de la Ley era que, por primera vez, se establecieron registros unificados de concesiones mineras, en los que se incluía la correspondiente demarcación y topografía.

Conviene resaltar que la mera existencia de una concesión minera (incluso en terreno en que antiguamente se hubiese explotado mineral) no significa, necesariamente, que se haya extraído mineral alguno perteneciente a dicha concesión. La concesión era simplemente un permiso de explotación, y no la constatación de que existiese mineral beneficiable. De hecho, la mayoría de concesiones nunca reportaron mineral ni beneficio alguno. Es decir, "concesión" no significa "mina" o "mineral extraído"; simplemente "expectativas".

Cuando se registraba una concesión minera, el beneficiario asignaba a ésta un nombre. Salvo excepciones, este nombre no tenía que ver en absoluto con el topónimo del lugar en el que se situaba la concesión. Y si ésta se correspondía con minas explotadas con anterioridad tampoco se solía respetar su nombre (que normalmente había coincidido con el del lugar). Como ejemplo, en el lugar denominado Bizkotx se explotó antiguamente un yacimiento, conocido como Bizkotx. Cuando al amparo de la ley de 1868 se obtuvo una concesión minera para continuar explotando este yacimiento, se registró con el nombre de «Casualidad». Caducada esta concesión, con posterioridad se obtuvo otra para el mismo yacimiento, pero registrada esta vez con el nombre de «Calvo Sotelo». Los nombres de las concesiones solían ser muy pintorescos:

- escépticos: «Casualidad», «Providencia», «Lo que Dios quiera», «Si será verdad»
- nombres femeninos: «Mariana», «María Luisa»
- los que se encomendaban al santoral: «San Luis», «San Elías», «Virgen del Carmen».

En este trabajo, cuando se habla de minas o explotaciones "modernas" se está haciendo referencia a las realizadas con posterioridad a la Ley de 1868. Por lo tanto las "antiguas" son anteriores a dicha fecha, contemporáneas de las ferrerías, y presumiblemente destinadas al abastecimiento de éstas. En líneas generales, las labores antiguas coinciden con la época de funcionamiento de las ferrerías. Existen también labores antiguas que, tras la obtención de la correspondiente concesión, se han explotado también en época moderna.

Borda de mineros de Lorditz
Ruinas de una borda de mineros. Lorditz
Foto: Xabier Cabezón (2004)


Clasificación de las minas

No es tarea fácil. Nos encontramos ante referencias antiguas, referencias modernas (registro de concesiones) y restos reales de minas. Las primeras adolecen de falta de precisión: en general son topónimos, con nombres que en muchas ocasiones se han perdido, o que abarcan zonas amplias o mal delimitadas. Las segundas tienen un defecto señalado más arriba: "concesión" no significa necesariamente "mina", sino "deseo". Existen muchas concesiones que nunca se explotaron. Y por último tenemos los vestigios, entidades palpables pero difíciles a veces de interpretar y de relacionar con las referencias citadas. El panorama se complica cuando estos restos pueden serlo de minas, o bien tratarse de simples calicatas o prospecciones.

Por lo tanto, esta clasificación está basada dentro de lo posible en:
- Minas o restos existentes.
- Minas citadas en algún momento como activas en los documentos, pero sin localizar o con dudas.
- Una relación de concesiones, realizadas desde la aparición de la Ley de 1868, que será añadida para completar este trabajo.

Para referirse a las minas se ha usado el topónimo del lugar, lo que en algunos casos puede resultar problemático. Siempre que ha sido posible, se han relacionado los restos con sus referencias documentales.


Toda aportación será bienvenida y reconocida


Enlaces:

Museo de la Minería del País Vasco - Museo de la Minería del País Vasco


REFERENCIAS

(Ver Bibliografía)

Adán de Yarza, R. (s.f.). “Yacimientos metalíferos”. En: Geografía General del País Vasco Navarro, 253- . Barcelona: Alberto Martín.

Díez de Salazar Fernández, L. M. (1983). Ferrerías en Guipúzcoa (Siglos XIV-XVI). San Sebastián: Haranburu editor. vol.II, pp. 154 a 160.

Peña, J. (1907-1913). Estadística minera de España. Madrid: Consejo de minería.


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Última actualización: 07/10/2021


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