Xabier Cabezón

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El río Leitzaran y su valle
Descripción general

Cuando hablamos del Leitzaran o Leizarán nos referimos al río navarro de nacimiento que, pasando luego por tierras guipuzcoanas, desemboca en el río Oria (tributario del Cantábrico), pero también al valle de ese río y sus afluentes. Hoy no podemos imaginarnos valle y río del Leitzaran sin la existencia del antiguo tren de Plazaola, cuyo recorrido plagado de túneles nos acerca a ellos con facilidad.


Geografía y geología

El río nace en la localidad navarra de Leitza, en los altos de Tardoa y en los montes de Kornieta, Erasote, Guratz y Ulizar, a unos 600 m de altitud. Recorre en total 42 km y su cuenca recoge las aguas de 124,02 km². En su origen está formado por los arroyos Erasote (el más largo) y Gorriztaran, y comienza a llamarse Leitzaran desde su confluencia, a su paso por Leitza. Recibe también las aguas de la localidad de Areso, municipio situado en el valle del afluente Astamela. Entra en Berastegi (Gipuzkoa) por Urto (a 28 km de su desembocadura). Desde aquí el valle (es decir, su parte guipuzcoana, con 69,72 km²) es conocido como "Valle del Leitzaran". Esta página y sus artículos hacen referencia precisamente a esta zona guipuzcoana, si bien en ocasiones también se muestran aspectos del Leitzaran navarro.

Tras su paso por Leitza y Berastegi el río continúa por Elduain, luego atraviesa Eldua (perteneciente a Berastegi), y prosigue haciendo de límite entre los municipios de Villabona y Andoain. En este último municipio desemboca en el Oria por su derecha, a 41 m de altitud, con una anchura de 15 m. La cabecera de su afluente Ubaran (Ubane) se encuentra en el municipio de Urnieta. En total son siete los municipios relacionados con el río.

Los datos de la estación de aforo de Olazar recogen un caudal medio de 4,7 m³/s, un caudal específico de 41 l/(s*km²) y un coeficiente de escorrentía de 0,61.

Desembocadura en el Oria
Desembocadura en Andoain. Foto: Xabier Cabezón (2006)

La mayor parte del valle guipuzcoano está enclavada en la formación geológica conocida como "Macizo de Cinco Villas". Este macizo está formado por materiales de la Era Primaria (Carbonífero) (fundamentalmente pizarras y areniscas plegadas durante la orogenia hercínica). Estos materiales se extienden también por el valle navarro, hasta la "falla de Leitza". Por el Norte y el Oeste se extienden areniscas y conglomerados del Triásico Inferior y algunas arcillas y ofitas del Superior. En la cuenca del arroyo Ubane (al norte) existen escamas jurásicas fracturadas por la "falla de Ereñozu" (compuestas por dolomías y margas). El extremo norte del valle (Andoain) y la parte sur navarra pertenecen al Cretácico (litología variada).

La erosión diferencial (de las pizarras, más blandas que las areniscas y conglomerados) origina relieves estructurales importantes, con fuertes pendientes. Esta erosión, junto con la acción regresiva de los ríos (que están próximos a la costa), producen cauces incrustados en el terreno. Por ello el Leitzaran es muy sinuoso, y presenta numerosos meandros encajados. Por este motivo muchos autores se refieren al valle como el "barranco del Leizarán". El valle guipuzcoano no es simétrico, pues su mitad oriental es más amplia, y en ella se encuentran sus afluentes más importantes: Frankio, Lorditz, Santolaz, Ormaki y Ubaran (Ubane). Por la margen izquierda destacan el Legarralde, Gorrotola, Ibarrola y Aski.

El Leizarán guipuzcoano limita por el este con el valle del Urumea, y su divisoria de aguas es el cordal Adarra-Urepel: Adarra (819 m), Onddo (784 m), Zaburu o Argarate (778 m), Azketa (834 m), Leuneta (883 m), Abade-kurutz (981 m), Mandoegi (1045 m) y Urepel (1056 m). De este cordal se desgaja Altzadi (1011 m), que adentrándose en el valle separa el Leizarán guipuzcoano y el navarro. Por el oeste la divisoria tiene como primera elevación destacable Arizmendi (489 m) y se une luego a la cadena Uzturre-Ipuliño en Belabieta (687 m), continuando con Arnar o Loa (788 m), Urdelar (852 m), Larre o San Lorenzo (800 m) e Ipuliño (930 m). Estos montes separan nuestro valle del río Zelai o Elduain, así como de los vallecitos de la zona de Amasa-Villabona.


Flora y fauna

La mayor parte del valle guipuzcoano (un 66% incluyendo las matarrasas) se encuentra cubierto por bosques de coníferas, por lo general de pino insigne hasta los 400-500 m y alerce en cotas más altas. Se trata de repoblaciones organizadas y sistemáticas hechas a finales de los cincuenta en unos montes casi totalmente deforestados. El resto de bosques (18%) consta de robles, abedules, castaños, hayas, y en menor medida fresnos, olmos, avellanos, etc. La vegetación de ribera está formada por alisedas, con una comunidad florística asociada en la que se encuentran especies raras en Gipuzkoa, entre las que destaca la endémica Soldanella villosa. En el siglo XVII poblaban el valle robles, hayas, castaños y "varales".

Es preciso destacar la turbera (vegetación desarrollada en un terreno silíceo de baja permeabilidad) existente en el paraje Usabelartza . En su ecosistema hay plantas tan especializadas como la "rocío del sol" o "eguzki-ihintza" (de la especie de las droseras). Es una zona catalogada como área de especial interés naturalístico dentro de los humedales de Gipuzkoa.

garduña o lepazuri en el Leitzaran
Garduña o Lepazuri en el Leitzaran. Foto: Dani Larraza (2010)

La fauna que habita el valle es muy variada. Destacan por su interés:

Betizus
Monte Adarra. Betizus. Foto: Joxemari Plazaola Erostarbe>.

Hay que señalar también la presencia de rebaños de “betizu”, raza vacuna autóctona de Euskal-herria en peligro de extinción.

El alimoche, el buitre leonado, el jabalí y el corzo son habituales en el Leitzaran, pero no tienen su residencia permanente el el valle, sino en los vecinos montes navarros.

En el siglo XVII habitaban en el Leizarán jabalíes, corzos, raposos y lobos.

Las riberas del Leitzaran y las de sus afluentes Ubaran (Ubane) y Malo han sido declaradas Biotopo Protegido el 29 de septiembre de 1995. Ocupan una extensión de 74 ha.

Desmán del pirineo
Desmán del Pirineo. Foto: Aytº Andoain


El hombre y sus industrias

La presencia humana en el valle del Leizarán está atestiguada durante la prehistoria. La cueva de Marizulo sirvió, además de habitación y cobijo, como sepultura. Los montes y collados de las divisorias de aguas del Leitzaran albergan numerosos restos: dólmenes, túmulos, menhires y crómlech. De hecho el Leitzaran es un límite para los crómlech: al norte y al este del valle son abundantes, extendiéndose hacia el Pirineo aragonés y Andorra. Por el contrario, al oeste y al sur del valle no hay ninguno. En el propio valle, el cordal Adarra-Mandoegi y su prolongación hacia los altos de Ezkurra presenta numerosos crómlech (además de dólmenes, etc.); pero en los montes que cierran el valle por el SW (con una importante estación dolménica) no hay un solo crómlech.

Menhir y crómlech de Eteneta
Menhir y crómlech de Eteneta. Al fondo, monte Adarra. Foto: Xabier Cabezón (2008)

La parte alta del valle es navarra, o guipuzcoana pero fronteriza. Sin duda fue también escenario de las continuas luchas que, hasta bien entrado el siglo XIV, se produjeron entre guipuzcoanos y navarros. El Señor "de Verástegui" (del bando de Oñaz), "jauntxo" o Pariente Mayor de la zona, solía capitanear a los hombres guipuzcoanos, que protagonizaron hechos como la batalla de Beotibar en 1321 en el vecino valle de Berastegi. La situación belicosa terminó durante el reinado del navarro Carlos II (1349-1387), quien "compró" a varios señores fronterizos, entre ellos el de Berastegi. Fue también en esa época (1374 y 1385) cuando las poblaciones de Berastegi y Elduain se unieron voluntariamente a la villa de Tolosa, aunque manteniendo gran parte de su autonomía. Estos pueblos, ricos en terrenos forestales y de pastoreo, junto con la incipiente Hermandad de Guipúzcoa, fueron haciendo disminuir paulatinamente el poder de los "jauntxos".

Es en esta época (finales del siglo XIV y principios del XV) cuando se fechan los primeros documentos que hablan de la importante industria que se desarrolló en el río Leizarán: las ferrerías. En Andoain se construyó la ferrería homónima (conocida más tarde como Leizaur) en 1364, y es la primera documentada en este río. En 1415 se firmó un convenio entre varias ferrerías y los concejos de Berastegi y Elduain: dos de ellas (Plazaola y Barrenola) ya habían firmado un convenio similar con anterioridad, por lo que cabe suponer que funcionaban ya en 1400. Las últimas ferrerías dejaron de trabajar hacia 1860, lo que supone cinco siglos de tradición ferrona en el valle.

Las ferrerías eran establecimientos fabriles en los que se obtenía hierro a partir de minerales. Su principal característica era el uso que hacían del agua para mover sus fuelles y martillos mediante ruedas hidráulicas. Después de producido, ese hierro  también solía elaborarse en las propias ferrerías, para obtener diversos productos. Así, por ejemplo, en Andoain se fabricaban anclas para navíos. Las aguas del Leizarán y sus afluentes movieron al menos las ruedas de 22 ferrerías, de las que siete se encontraban en territorio navarro. En los siglos XV y XVI llegaron a funcionar 13 de ellas simultáneamente.

Ferrería de Ameraun
Ferrería de Ameraun. Foto: Xabier Cabezón

Tres elementos eran necesarios para el mantenimiento de las ferrerías: agua, carbón y mineral de hierro. El agua era aprovechada gracias a los desniveles del río. El carbón vegetal se obtenía de los numerosos bosques comunales que poblaban el valle. Éste fue un factor determinante para la subsistencia de las ferrerías. Su uso tuvo que ser estrictamente regulado para evitar la deforestación y convivir con el pastoreo. Entre los distintos modelos de explotación del monte que se usaron destaca el de los seles, terrenos que tenían la peculiaridad de ser circulares. Se conserva el mojón central de varios seles del valle del Leitzaran, entre ellos Urdalekun, Orenzun y Txertoki.

Curiosamente, el mineral de hierro (tercer y principal elemento en la industria ferrona) no tenía que encontrarse necesariamente en la proximidad de las ferrerías. Era habitual traer vena desde Somorrostro (que producía hierro de mucha calidad), lo que dio lugar a importantes actividades auxiliares de transporte por mar y tierra, así como de almacenaje. Pero en el valle del Leitzaran también hubo yacimientos mineros, que fueron utilizados especialmente por las ferrerías de la parte superior del valle (que es donde mayor concentración de minas hubo).

Las minas del valle han continuado trabajándose hasta entrado el siglo XX. Destacan las minas de Bizkotx (también conocidas como minas de Plazaola), cuya explotación dio lugar a la construcción de un ferrocarril minero entre Plazaola y Andoain entre 1902 y 1904. Este ferrocarril fue luego ampliado hacia Lasarte y Pamplona, y funcionó entre 1914 y 1953. Fue conocido como el tren de Plazaola ("Tren-txiki" en Andoain). Su antiguo trazado por el fondo del valle, famoso por sus túneles, nos permite recorrer la zona con comodidad. Hubo también en el Leizarán otro pequeño tren minero, el de Lorditz, que enlazaba con el anterior.

El aprovechamiento de la fuerza de las aguas del río no se limitó a las ferrerías. En sus orillas han existido también molinos, la mayor parte de ellos en Andoain. Casi todas las ferrerías poseían uno propio. Con el inicio del siglo XX se implantó una nueva industria en el valle: la de las centrales hidroeléctricas, conocidas actualmente como "minihidráulicas". En el Leizarán y sus afluentes ha habido 17 centrales, de las que 8 permanecen en funcionamiento. La primera que se construyó fue la de Lizarkola, en el año 1895. La más curiosa es la de Olloki: es subterránea. La de Iberdrola es la más potente de Gipuzkoa.

El agua del Leizarán se ha utilizado también para otras industrias. En Olaberri y Otita ha desarrollado su actividad hasta 2009 una piscifactoría. Hasta 2007 han funcionado dos empresas papeleras; anteriormente hubo otras dos factorías, una en el mismo casco urbano de Andoain y otra en Olloki. Existe también una fábrica de tejidos elásticos.

La explotación forestal, actividad secular en el valle, sigue ejerciéndose hoy día con intensidad y de forma organizada. También se han explotado pequeñas canteras. Las actividades agropecuarias ocupan actualmente cerca de un 15% del suelo del valle.

Truchas erreka
Piscifactoría en Olaberri. Foto: J. Ramiro y O. Barrutia


Ocio

La explanación del antiguo ferrocarril de Plazaola es la vía de comunicación por excelencia para conocer el río y su valle. En la actualidad se está acondicionando sobre este camino la Vía verde del Plazaola, a lo largo de 42 kilómetros repartidos entre Nafarroa y Gipuzkoa. Tiene el encanto añadido de los numerosos túneles (31 en Gipuzkoa) que jalonan sus 20,5 kilómetros de recorrido entre Andoain y Plazaola. El acondicionamiento realizado por la Diputación Foral en 2001, tanto de los túneles como del suelo (tierra y arena apisonadas) hace aún más cómoda su utilización por caminantes y ciclistas. Dicho camino hoy día se recorre con frecuencia a pie y en bicicleta de montaña. También se realizan paseos a caballo.

Remanso en el Leizarán, próximo a Inturia
Remanso cerca de Inturia. Foto: Xabier Cabezón (2006)

El senderismo es una actividad tradicional en el valle, bien sea por el trazado del antiguo ferrocarril, por las cumbres y collados de las divisorias de aguas, o por los numerosos senderos y pistas forestales que recorren las laderas del valle. Son muy pintorescos los paseos junto a alguno de los canales de las centrales hidroeléctricas del valle. También es posible practicar la escalada en las dos escuelas acondicionadas, Amasaola y Aizkorriko.

El río tiene numerosos lugares para el baño, y en varias zonas se practica piragüismo.

La calidad de las aguas del Leitzaran y sus afluentes hace que en estos ríos se desarrolle el deporte de la pesca. Hay dos cotos de pesca tradicional, mas uno de pesca sin muerte y otro intensivo. Este último se repoblaba hasta 2009 con trucha "arcoíris" procedente de la piscifactoría "Truchas Erreka". Todas las zonas que no son cotos de pesca se rigen por la Ley de Pesca Fluvial. Están vedadas para todo tipo de pesca la regata de Santolas en su totalidad y la regata Ubaran desde su nacimiento hasta el puente del Plazaola. También se practica la caza: los cordales de las divisorias están repletos de "trepas" o puestos de caza para palomas.

En el valle existen varias áreas recreativas: Urto en Berastegi, Sorregieta en Elduain, y Olazar, Otita y Lapurtxulo en Andoain.

Para poner en contacto al visitante con este entorno se ha creado en Andoain el Centro de visitantes Leitzaran.

Paseo a caballo
Foto: Xabier Cabezón (2008)


Bibliografía

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Última actualización: 16/02/2024


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