El pasado 2 de agosto Burdina Taldea (grupo de voluntarios cuyo objetivo es el estudio y la conservación del patrimonio) ha levantado un monumento en recuerdo de los mineros en general y del valle del Leitzaran en particular. Ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Andoain.
Monumento a los mineros en Andoain. Foto: Xabier Cabezón (2024)
Está situado junto a la Vía Verde del Plazaola, en su cruce con la Avenida de La Salle, y junto a la casa Urigain, sede de la Oficina de Turismo de Andoain. Consiste en dos vagonetas mineras colocadas sobre raíles y cargadas de mineral, que simulan salir de una boca minera.
En el valle del Leitzaran se han explotado yacimientos minerales desde la prehistoria. Así lo demuestran, por ejemplo, el zepadi o escorial de Urlio o las escorias halladas en el yacimiento prehistórico de Goiburu.
Estos minerales son principalmente de hierro. Esto hizo que para poder obtener y aprovechar dicho metal se creasen una serie de actividades en torno a él: las propias minas, ferrerías, fraguas, producción de carbón, constructores (carpinteros y canteros), transportistas, etc. Todo ello creó riqueza en el valle:
— El propio hierro como producto. Bien sea en bruto (tochos) para su posterior procesado, como semielaborados, o como productos terminados para el mercado final.
— Se estableció una amplia red viaria por el valle. Desde caminos carretiles y caminos de herradura hasta simples senderos para conducir con mulos el carbón desde cualquier rincón del monte hasta las ferrerías. Con el paso del tiempo llegaron a tenderse ferrocarriles, como el el tren de Plazaola.
— Se crearon numerosos puestos de trabajo. Una ferrería daba trabajo directo a 50 personas, una mina podía llegar a las 70. carboneros, muleros con mineral y carbón hasta las ferrerías y sacando los productos hasta las lonjas...
Pero esa riqueza se quedaba en manos de unos pocos propietarios. Un minero tenía jornadas de hasta 12 horas, picando o barrenando rocas dentro de un estrecho y oscuro túnel, en un ambiente húmedo, entibando paredes y techos para que no se le viniesen encima... a cambio de un salario que le valía, a lo sumo, para contribuir un poco al sostenimiento del caserío familiar. Mejor no imaginarlo, ¿verdad?
Como ejemplo, en 1906 (ya en la era industrial) trabajaron 75 mineros. Se produjeron 42 accidentes, uno de ellos con el resultado de un fallecido. Si retrocedemos en el tiempo el goteo de accidentes y de muertos es continuo.
Por todo ello Burdina Taldea ha creado este monumento que nos recuerda a los trabajadores que de verdad crearon la riqueza del valle del Leitzaran.
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Última actualización: 17/08/2024