Tipo
Tanto la ferrería vieja de Urriolondo como la nueva son ferrerías hidráulicas.
Nombre
URRIOLONDO.- Aparece así en TELLECHEA, en DÍEZ DE SALAZAR en muchas las ocasiones, y en IRAZU en todas las citas históricas. Era su nombre habitual en la época en que está documentado su funcionamiento.
URRIOLANDO.- En DÍEZ DE SALAZAR en ocasiones.
HURROLAONDO en 1585.
De las formas anteriores puede deducirse que su nombre original era URRIOLAONDO, del que se derivó el resto.
URBILLONDO.- Aparece sobre todo a primeros del siglo XX.
URRILLONDO.- Es el nombre que se utiliza por lo general en la actualidad.
Hubo dos ferrerías con el mismo nombre, la vieja y la nueva.
Situación
Presa (ETRS89/WGS84 30T):
43º 12' 51,9" N , 1º 58' 59.0" W - Alt. 156 m
X. 582.600 Y. 4.785.128 Z. 156
En el arroyo Ubaran (Ubane) (afluente por la derecha del Leitzaran), a 115 metros al ESE del caserío Urrillondo y a 60 m aguas abajo del molino Errotazar.
Ferrería localización probable (ETRS89/WGS84 30T):
43º 12' 52.3" N , 1º 59' 4.6" W - Alt. 146 m
X. 582.475 Y. 4.785.139 Z. 146
En el arroyo Ubaran (Ubane), en la orilla derecha. A unos 40 metros al SSW del caserío Urrillondo.
Presazabal (ETRS89/WGS84 30T):
43º 12' 49.4" N , 1º 59' 14.6" W - Alt. 137 m
X. 582.250 Y. 4.785.045 Z. 137
En el arroyo Ubaran (Ubane), a 250 m aguas arriba de la ferrería y a 280 metros aguas abajo del caserío Urrillondo, en el lugar denominado Presazabal (en alusión a la presa).
Ferrería nueva (ETRS89/WGS84 30T):
43º 12' 45.0" N , 1º 59' 22.0" W - Alt. 127 m
X. 582.085 Y. 4.784.910 Z. 127
En el arroyo Ubaran (Ubane), en la orilla izquierda. A unos 550 metros aguas abajo del caserío Urrillondo, y 250 metros aguas arriba de las ruinas del caserío Artolaborda.
Tanto las presas como las ferrerías están situadas en el término municipal de Andoain (Gipuzkoa).
Plano de los restos de la ferrería vieja
Acceso
Ferrería nueva y Presazabal
Seguimos la ruta sl-gi30 (ruta del Ubane) hasta pasar por el caserío Ubane y atravesamos el puente sobre el arroyo. Aquí dejaremos la ruta para seguir a mano izquierda por el camino que sube paralelo al arroyo. A 750 metros del puente se alcanza la zona de la ferrería, tras haber rebasado las ruinas de Artolaborda. Desde la ferrería, por un sendero próximo a la orilla izquierda, a los 230 metros llegamos a los restos de la presa (Presazabal).
Presa vieja
Siguiendo río arriba desde Presazabal por el sendero de la orilla izquierda se llega a la presa vieja, distante unos 400 metros.
Ferrería vieja y caserío Urrillondo
Desde Besadegi (Urnieta) se desciende por la pista cementada que se dirige a la antigua central de Eltzamendi y al caserío Urrillondo.
Nota: Actualmente no es posible el acceso libre a la presa ni a la ferrería viejas, ni al caserío. Están dentro de una finca particular vallada, y para visitar la zona es preciso obtener el permiso del propietario del caserío Urrillondo.
Plano de los restos de la ferrería nueva
Restos actuales
Se trata de la ferrería que se menciona en 1461 y que quizá aún funcionaba en 1468.
Presa de gravedad de sección trapezoidal, con el paramento vertical aguas arriba. Falta totalmente la mitad derecha, incluyendo su cimentación y estribo.
En la sección que se conserva la parte inferior es un saliente de roca, sobre el que se construyó una estructura de mampostería unida con mortero de cal. En algunas zonas hay piedras de sillería. Tiene entre 4,50 metros de grosor en la base y 3,20 en la coronación, y mide alrededor de 28 metros de largo y 9 de altura sobre el cauce del arroyo. En su parte central tiene una escotadura de 3 x 1,5 metros, que pudo servir de aliviadero.
Esta presa fue usada probablemente siglos más tarde por el molino Mantxone errota.
La derivación se hacía por la derecha de la presa. No queda ningún vestigio del canal, pues la orilla derecha está fuertemente erosionada y ha sufrido desprendimientos. La parte alta del terreno está aproximadamente a tres metros por encima de la presa.
La longitud del canal puede estimarse en unos 140 metros, con un desnivel igual o superior a 10 metros.
El escorial que se cita en el próximo apartado, situado en la orilla bajo el caserío, se encuentra al pie de un muro de contención del terreno de unos 3 metros de alto. En algún momento se cubrió esa zona con un relleno de tierra, sujeto por el muro, para disminuir la pendiente del terreno con fines agrícolas. La fábrica con sus anteparas debió situarse próxima al escorial. Estaría aproximadamente bajo una caseta usada como gallinero, según estima Luis del Barrio. Las ruinas de la ferrería quedarían sepultadas por el relleno, por lo que no queda ningún rastro visible. Una situación análoga se dio en la ferrería de Beriñas.
En la zona próxima al escorial se situó probablemente, siglos más tarde, el molino Mantxone errota.
Junto a la orilla derecha del río, a unos 150 metros aguas abajo de la presa, hay un área de unos 6x12 metros con escorias dispersas por el suelo. Están bajo el caserío y al pie de un muro de contención, y apuntan claramente a la probable ubicación del la ferrería.
El descubrimiento de las escorias bajo el caserío Urrillondo, la atribución de los restos de la presa superior a la ferrería vieja y la probable ubicación de dicha ferrería se deben a Luis del Barrio.
Presa vieja. Paramento aguas arriba.
Foto: Xabier Cabezón (2012)
Es la ferrería que se estaba construyendo en 1478 y 1481, y que entró en funcionamiento antes de 1488.
Presa de gravedad de sección trapezoidal, con el paramento vertical aguas arriba. Está construida con mampostería unida con mortero de cal. En algunas zonas hay piedras de sillería.
Falta totalmente la mitad izquierda (unos 10 metros), incluyendo su cimentación o estribo y un fragmento del canal. La parte conservada mide entre 4,50 metros de grosor en la base y 2 en la coronación, y tiene alrededor de 30 metros de largo y 6,50 de altura sobre el cauce del arroyo. Ambos paramentos están muy erosionados.
La presa se conoce actualmente como Presazabal, así como el lugar donde se sitúa.
El canal se derivaba por la izquierda de la presa. Su longitud total era de 230 metros, de los que faltan los primeros 20. Se conserva el surco ancho y bien marcado, de forma trapezoidal invertida, de 3 a 3,5 metros de ancho en su parte superior y 1,5 metros de profundidad. En su último tercio está atravesado por el camino carretil que discurre por la margen izquierda, cuyo trazado es posterior al abandono de la ferrería. El canal termina repentinamente en un corte del terreno, a unos 25 metros del río, justo sobre el probable emplazamiento de la ferrería.
El desnivel con respecto al probable asentamiento de la fábrica era de al menos 8 metros.
Presazabal. Paramento aguas arriba.
Foto: Xabier Cabezón (2001)
No queda ningún resto de las anteparas ni de la fábrica de la ferrería.
Entre el final del canal y los zepadis hay un espacio de 14 x 18 metros excavado en la ladera, que forma una especie de plazoleta bastante horizontal. Tanto los elementos descritos (canal y escoriales) como el espacio entre ellos indican con toda probabilidad que en esa plazoleta se ubicó la ferrería con sus anteparas.
En la plazoleta, entre las escorias y por los alrededores hay muchas piedras dispersas, posibles restos de edificaciones que existieron en este lugar. Las anteparas debieron ser de madera, al estar construidas antes de 1600, por lo que no han dejado huella.
En un área de 35 metros de largo y entre 5 y 14 de ancho, situada entre el camino y el río a la altura de la ferrería, abundan las escorias. En ella destacan dos zepadis o escoriales.
El mayor es el zepadi norte, de 17 x 14 metros aproximadamente. Está en el inicio de la pendiente que sube en dirección a la presa. Muy próximo a él, a 7 u 8 metros, se encuentra al zepadi sur, de unos 12 x 7 metros. Entre ambos hay una zona con menos escorias superficiales. En los dos zepadis las escorias llegan hasta el arroyo por la ladera.
En 2014 se realizaron sondeos en este escorial, sin obtener ningún hallazgo arqueológico.
El descubrimiento del canal, la atribución de Presazabal y los escoriales a la ferrería nueva y la probable ubicación de dicha ferrería se deben a Xabier Cabezón.
Foto: Xabier Cabezón (1979)
Vivienda:
El caserío Urrillondo se encuentra a 115 metros al WNW de la presa vieja y a 220 metros aguas arriba de la presa nueva (Presazabal), muy cerca del zepadi de la ferrería vieja.
A finales del siglo XVII estaba francamente en ruinas: la pared frontal sólo llegaba hasta el primer piso, no quedaban más que las esquinas de las paredes laterales, y no existía la pared trasera. Fue reconstruido en distintas obras y reparaciones hechas a finales de dicho siglo y principios del XVIII.
Está construido en mampostería, con piedra sillar en las esquinas. Su planta es casi cuadrada, de 17 x 19 metros y tejado a dos aguas. Cuenta con tres plantas y ganbara.
Actualmente se encuentra bien conservado, con las paredes revocadas y pintado de blanco. Está habitado y se utiliza para labores agropecuarias.
Es posible que la ferrería nueva hubiese tenido su propia vivienda, pero no queda ninguna constancia de ello.
Estos restos son muy valiosos. Por favor, respetadlos.
Notas históricas
En 1461 la ferrería y casa de Urriolondo eran propiedad del Preboste de San Sebastián Miguel Martínez de Engómez. El 13-VII la Universidad de Andoain le pagó una deuda con bienes concejiles: en concreto con el usufructo y “esquilmo” de los terrenos comunales desde el “arroyo de Unsalusoro hacia arriba hasta llegar a la dicha ferrería”. La propiedad del suelo de dichos terrenos seguía siendo de Andoain.
El 8-X-1468 Enrique IV concedió los derechos de albalá y diezmo viejo de la ferrería de Urriolondo “que es en término de Ahinduayn” a Martín de Alquiza, vecino de Arnani [sic]. Posteriormente éste renunció en favor de Nicolás de Guevara, al que se los dieron los reyes católicos. Junto con Urriolondo tenía también los derechos de las ferrerías de Barrenola, Esquilto, Mustar y Olaberria en el Leyçaran.
Trinchera del canal. Foto: Xabier Cabezón (2011)
Antes de 1478 la ferrería estaba en muy mal estado. Por ello el Preboste comenzó la construcción de una nueva, acogiéndose al derecho real de mudar de lugar una ferrería. El emplazamiento elegido estaba “como a dos tiros de escopeta” aguas abajo de la primera y pasada la casa de Urriolondo, en el lugar conocido como Miguel-Ortiz-sarobe.
Andoain se opuso a la nueva construcción, alegando perjuicios en montes y pasos de ganado, y también porque la ferrería de Urriolondo [la vieja] “estaba ya despoblada y yermada”, y por lo tanto no se consideraba una mudanza de lugar.
Finalmente la Universidad y el Preboste decidieron construir conjuntamente la nueva ferrería, repartiéndose al 50% su propiedad.
El 20-IX-1478 los Reyes Católicos concedieron a Nicolás de Guevara "por privilegio de juro de heredad" los derechos del albalá y diezmo viejo “...de la ferrería que faze la universidad de Alduayn los cuales derechos renuncio en el Juan de Aguirre”. Se trata de la ferrería nueva de Urriolondo, compartida con los Engómez, comenzada pero aún sin terminar. En esta fecha Andoain no estaba construyendo ninguna otra ferrería. Guevara ya tenía los derechos de la ferrería vieja desde 1468.
Los diversos pleitos existentes entre la Universidad de Andoain y el Preboste Engómez, incluido el relacionado con la construcción de la nueva ferrería, se resolvieron por medio de una Sentencia Arbitral del 15-X-1481. En el artículo 24 de dicha sentencia se prohibía cortar y hacer carbón “...en los montes aplicados a Urriolondo... salvo para la dha herrería que agora amas las dhas partes ficieren...”. Parece ser, por lo tanto, que la edificación de la ferrería aún no había concluido. Se menciona también la existencia del sel de Urriolondo.
En 1488 Miguel Martínez de Engómez mantuvo un pleito ante el Rey sobre el arrendamiento que había hecho a Juan de Aizarna y su mujer Catalina de Alzaga.
En 1491 se creó el mayorazgo de Engómez, por dote otorgada por Miguel Martín de Engómez y su consuegro a favor de su hija Gracia de Engómez y su marido Lorenzo de Montaot. Entre los bienes figuraban el “...lugar llamado Urriolondo... con su casa... el lugar de herrería e molino...” (al que llamaban Erriosegun). Estas propiedades eran a medias con el concejo de Andoain. El mayorazgo se creó con facultad real, y era necesaria autorización real para desvincular alguno de sus bienes (como por ejemplo proceder a su venta).
En 1527 se concedieron a Martín Pérez de Acelain los derechos reales de la “herrería que hesyeron el preboste de San Sebastián y la universydad de Ayndoayn”. Los derechos de la ferrería pasaron en 1529 a Pedro de Zuázola, quien dicho año tuvo que pleitear con los dueños para cobrarlos. En 1538 María Juan de Idiacáiz, viuda y sucesora de Pedro de Zuázola, continuaba litigando por el impago de los derechos de la ferrería. En 1545 el mercenario de esta ferrería era el comendador Zuázola, probablemente descendiente de Pedro.
Su propietario Lorenzo de Montaot mandó en su testamento (el 15-II-1539) que su hijo Amado arrendase la media ferrería por otros cinco o seis años.
En el testamento también indicaba que “... mis señores padre e madre me prestaron los dineros para façer la ferrería de Urriolando, que costó mucho”. Es posible que se refiera a alguna reconstrucción de la ferrería con posterioridad a la donación de 1491.
Foto: Xabier Cabezón (2012)
El 4-X-1545 volvió a ser arrendada por medio año.
El 20-II-1547 el concejo arrendó su media ferrería por dos años a Juan Martínez de Lecuona (de Urnieta). El 3-VII el mismo Lecuona tomó también en arriendo la mitad correspondiente a los herederos del Bachiller Montaot. Posteriormente le sucedió en la ferrería Tomás de Aizpilcoeta.
Su ferrón en 1551 era Sebastián de Urnieta (de San Sebastián), que a su vez la subarrendó a Esteban de Galardi. Éste pidió al concejo que examinase la ferrería, pues precisaba de obras: juntar y calafatear la madera y tabla de los lados de las anteparas, trastejar el tejado de ferrería y vivienda, reparación del auspaerrota y del gabierrota, aldabarra, etc.
Se arrendó de nuevo por tres años a Juan Martínez de Lecuona el 21-VI-1556.
El 8-XII-1558 María Engómez de Montaot (hija de Gracia y Lorenzo) vendió a Gracia de Olazaval (viuda del Comendador Alonso de Idiaquez) “...la mitad de la casa y herrería de Urriolondo... con la mitad de todos sus montes y términos, presa, calces y anteparas... que la otra mitad de la dha casa herrería... es del Concejo de la universidad de Andoain...”. Esta venta, pese a ser de bienes pertenecientes a un mayorazgo, se hizo sin licencia real, lo que posteriormente sería fuente de pleitos.
A los seis meses, el 4-VI-1559, la Universidad de Andoain compró a Gracia de Olazabal la “...mitad de la casa herrería llamada Urriolondo... e la mettad de todos sus montes e terminos presa, calzes e anteparas... que la otra mitad de todo ello es de este dicho Conzexo...”, con lo que Andoain quedó como único propietario. Al día siguiente tomaron posesión (física) de los bienes adquiridos: pusieron en marcha los barquines y mazo de la ferrería. Desde esta fecha la Universidad reconstruyó y mejoró la casa, y procedió a renovar los montes. En 1560 continuaban las liquidaciones derivadas de la compraventa de la media ferrería. Para ello, Andoain tuvo que hacer un repartimiento especial de la deuda entre sus vecinos, lo que fue otra fuente de disputas.
Restos del molino Errotazar.
Foto: Xabier Cabezón (2006)
El 7-VI-1559 Andoain renovó por otros cuatro años el arrendamiento a Juan Martínez de Lecuona. Éste murió en 1563.
En las Juntas Generales del 24-XI-1559 se estipularon las marcas que debía llevar el hierro. A Urriolondo le correspondió una “S”, por la jurisdicción de “S”an Sebastián y Hernani, junto con otras ferrerías de Andoain y del Valle del Urumea. Estas ferrerías fabricaban su hierro con vena de Somorrostro.
En 1567 se arrendó a Sebastián de Urnieta por cuatro años; éste realizó en 1569 diversas reparaciones en la ferrería. En 1571 se arrendó a Juanes de Egúsquiza (Andoain) también por cuatro años. Egúsquiza entregó la ferrería el 29-IX-1575, y el 6-XI se arrendó por cuatro años a Esteban de Arizmendi, siendo examinada el 7-XI. El siguiente arrendamiento se produjo el 29-IX-1579, a Domingo de Belaunzarán por seis años; durante este arrendamiento se realizaron en 1582 una serie de reparaciones por parte de Juanes de Egúsquiza.
La venta en 1558 por parte de los Engómez comenzó a ser cuestionada, pues el 24-XII-1581 el Licenciado Martín Gómez de Verastegui (que reclamaba ser heredero del mayorazgo de Engómez) consiguió una Carta ejecutoria real. Según ésta, los bienes de un mayorazgo estaban vinculados a él, y los desligados por herencias o ventas debían volver a él, lo que incluía la mitad de Urriolondo. A pesar de ello Andoain siguió actuando y disfrutando de las rentas como si continuase siendo el propietario único de Urriolondo.
El 8-III-1584 Domingo de Belaunzarán devolvió la ferrería arrendada. Parece ser que se renovó el arrendamiento (el 1-IX-1585) de la ferrería de Hurrolaondo. Los gastos de la ferrería eran tan elevados que en 1585 Andoain tuvo que fundar un censo hipotecando la ferrería, molinos, etc. y hasta casas de particulares.
En 1586 Andoain puso en almoneda la casa de Urriolondo; se arrendó a Domingo de Sarmendía durante ocho años. No se hacía ninguna mención de la ferrería. Es posible que junto a ésta se hubiese habilitado alguna vivienda, con lo que el caserío Urriolondo quedaba desvinculado de la ferrería.
Juanes de Egúsquiza, que había tenido arrendada la ferrería y su martinete, la devolvió el 29-VII-1595 al finalizar el arrendamiento. En 1596 la ferrería estaba arrendada a Juan de Egoabil y Martín de Isturizaga, que tenían también arrendada la ferrería de Leizaur. Trabajaba también en ella Pedro de Atorrasagasti, al que vemos luego como ferrón entre 1597 y 1600. Ésta es la última referencia que tenemos sobre el funcionamiento de esta ferrería. Desde que se construyó esta ferrería nueva de Urriolondo trabajó poco más de 100 años (1481? - 1600).
Karobi de Urrillondo. Foto: Xabier Cabezón (2000)
El mayorazgo de Engómez pasó a manos del mayorazgo de San Millán (familia Oquendo, marqueses de San Millán desde 1688). A partir de 1674 los Oquendo reanudaron los pleitos contra Andoain para recuperar los bienes desgajados del mayorazgo de Engómez. Estos pleitos se alargaron hasta que por fin, en 1762, la intervención del Padre Larramendi logró una negociación y acuerdo entre las partes, en un proceso paralelo e independiente de los pleitos existentes por vía judicial. El resultado fue que los términos en litigio pasaron íntegros a la villa de Andoain, la cual a cambio entregó dinero al marqués.
Un aspecto curioso del pleito: los de Oquendo reclamaban para sí la mitad de la ferrería de Olaberria (que estaba labrante) en vez de la de Urriolondo (ya germada). Diversas pruebas periciales y “vistas de ojos” sobre el terreno demostraron lo contrario.
En relación con el alquiler de la casa (sin ferrería) de Urriolondo en 1586, en todo este pleito se ve que estaban delimitadas las pertenencias de Urriolondo-casa por un lado y las de la ferrería por otro. En una “vista de ojos” (1736) trataron de determinar si junto a la propia ferrería había existido vivienda (por lo tanto aparte del caserío). Estos datos confirmarían la citada separación casa-ferrería.
En la documentación del proceso se mencionan los seles de Urriolondo, Elzamendi, Artizaual y Miguel-Ortiz-sarobe.
Varios
Varios:
170 metros aguas arriba del caserío, en la confluencia del Ubaran con Alliri azpiko erreka, se encuentran las ruinas del molino Errotazar.
En las proximidades del caserío está el karobi (horno calero) de Urrillondo, y cerca de Presazabal se encuentran los karobiak Presazabal 1 y Presazabal 2. No hay que descartar que estos dos últimos hornos hubieran servido para la construcción y mantenimiento de Presazabal.
Referencias
(Ver Bibliografía)
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Del Barrio Bazako, L. (2013). 1ª Campaña de prospecciones paleometalúrgicas en el entorno del valle del Leitzaran. Donostia: Lurrailan S. L.
Díez de Salazar Fernández, L. M. (1983). Ferrerías en Guipúzcoa (Siglos XIV-XVI). San Sebastián: Haranburu editor. vol. I, pp. 240-1, 270 y 300, y vol.II, p. 234.
Díez de Salazar Fernández, L. M. (1997). Ferrerías Guipuzcoanas. Aspectos socio-económicos, laborales y fiscales (Siglos XIV-XVI). San Sebastián: Fundación Social y Cultural KUTXA. p. 252-258.
Etxezarraga, I. y Alberdi, X. (2015). “Urrillondo haizeola - Ferrería de monte de Urrillondo”. En: Arkeoikuska 2014, 291.
Irazu Mendizabal, I. (1991). “Ingurua ezagutzen - Conociendo el entorno”. En: Andoaingo paperak-Papeles de Andoain nº 6. Andoain: Andoaingo Udala. pp. 160-181 y 320-320C.
Tellechea Idígoras, J. I. (1975). “Ferrerías Guipuzcoanas a fines del siglo XV”. En: B.R.S.V.A.P., año XXXI, 81 a 111. pp. 102, 108 y 110.
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Última actualización: 28/02/2023